Los buenos traductores conocen del tema que están traduciendo, se especializan en temas específicos, y cuentan con un buen dominio no solo del idioma que traducen, sino de su propio idioma, esta última característica muchas veces es olvidada.
Finalmente, nuestra experiencia indica que la traducción, esta hecha por personas con vocación para la misma. Aún y cuando alguien pueda contar con todo lo dicho anteriormente, no quiere decir que le gustará ser traductor. Traducir textos es un trabajo solitario, con horas frente al texto, leyendo varias veces el mismo, apoyándose en la computadora, diccionarios, otros textos, etc. Solo al que tiene vocación le gustará traducir y hará el trabajo con gusto.